Almendra / Compilado (1972)


1 - El Mundo Entre Las Manos
2 - Gabinetes Espaciales
3 - Hermano Perro
4 - Toma El Tren Hacia 
5 - Amor de Aire
6 - Parvas
7 - Campos Verdes
8 - Final
9 - Mestizo
10 - Angus Dei
11 - Jingle

Calidad MP3 @128 Kbps



Rockal y La Cría / Salgan del Camino(1973)


Rockal y la Cria fue la banda de Rocky Rodríguez donde también participó su ex compañero "Cuevero" y de su anterior banda  Piel de Pueblo; Pajarito Zaguri. Con este disco no tuvieron mucha repercusión y paso completamente desapercibido, pero eso no significa que deje de ser una gema de nuestro rock; cargado del mejor blues, rock, zapadas y letras contestatarias que denotaban los cambios socio-políticos de nuestra Argentina en 1973. Cabe destacar el excelente sonido del disco, los arreglos, todo un adelanto para la época. Lamentablemente, éste es su único disco que salio publicado en 1973. 

Rockal y La Cría: 

Rocky Rodriguez: Guitarra
Pajarito Zaguri: Piano eléctrico / Guitarra 
Jorge Sacchi: Bajo eléctrico
Luis de La Torre: Batería
Juan Carlos "Piojo" Avalos: Percusión

Temas: 

Salgan del Camino / Dólares y Tanques / Los Dueños de La Tierra / Blues de la Noche Solitaria / 
Blues del Zaguán / Golpeando Bajo / Trotacalles / Ya no habrá mas miedo en la ciudad / 
Ganando la calle.

Bubblin Awe (Claudio Gabis) 1967


Emilio Kauderer en órgano, Daniel Armesto ( cantante) 
y Claudio Gabis, con guitarra "Supertón". (1967)

Almendra - Primer LP (1969)


TEMAS:
01-Muchacha (Ojos de Papel)
02-Color Humano
03-Figuración
04-Ana no Duerme
05-Fermín
06-Plegaria Para Un Niño Dormido
07-A Estos Hombres Tristes
08-Que el Viento Borró Tus Manos
09-Laura Va

RIPEADO DEL VINILO ORIGINAL 



La Joven Guardia - El Extraño del Pelo Largo (1969)


Catalogados como los principales exponentes de la música Beat ó "Música Complaciente" de finales de los 60, La Joven Guardía tuvo su momento de gloría con este tema da título a su primer álbum; "El Extraño Del Pelo Largo". 

La canción, salió editada como un single en 1968 bajo el sello VIK (sello subsidiario de la RCA para la música joven) y logró vender en sólo tres años mas de un millón de copias, llevando a La Joven Guardia al éxito. 

En un principio dicho tema fue rechazado por la CBS, ellos decían: "No se dice pelo; se dice cabello"

La Joven Guardia fue uno de los grupos pioneros de la música beat y rock en la Argentina, contemporánea de Los Gatos, aunque lejos de estos a nivel conceptual, consierada una banda comercial, (tambien llamada "complaciente", o "híbrida" por el público de rock de la época) y con algún hit como El extraño del pelo largo, La extraña de las botas rosas, La reina de la canción, En el pueblo de San Esteban y otras. Su productor Ricardo Alberto Kleinman conocido en su programa radial Modart en la noche como R A fue quien los convencio a cantar en español . Cada integrante de La joven guardia pretendía otra cosa del sonido de la banda .El productor quería continuar con el estilo bailable Los artistas en su mayoría querían innovar con los sonidos por ejemplo una butaca como batería la cuestión que aunque tuvieron todas las oportunidades, la banda duro un solo LP.


Los Gatos - En Vivo en El Gran Rex (1969)

                                                                   ===============LIN RESUBIDO===============



A pedido de Miguel Fala, se vuelve a subir éste material



El rock nacional tuvo su Cueva


12 de junio de 1966. Los Beatniks promocionaban la salida de su primer y único single: Rebelde

Algunos compararon al lugar con el Cavern Club de Liverpool. Inclusive hasta llegaron a decir que había “un pasadizo secreto” que conectaba ese rincón de Buenos Aires con aquel de la ciudad inglesa en el que cantaron, entre otros, The Beatles, The Rolling Stones, The Who, Queen, Elton John y John Lee Hooker. Pero nunca se pudo comprobar. Lo que sí quedó demostrado es que La Cueva fue el lugar que la historia del rock nacional tiene como el mojón que, en la década del 60, marcó el punto de partida para esos jóvenes bohemios que le dieron vida.

Estaba en la avenida Pueyrredón 1723, a metros de Juncal. Dicen que allí había funcionado un cabaret llamado Jamaica, después conocido como El Caimán, para luego convertirse en La Cueva de Pasarotus, un local que era refugio de músicos dedicados al jazz moderno. Inclusive cuentan que ahí, entre talentosos artistas locales, hasta llegaron a actuar el gran Dizzy Gillespie y la francesa Juliette Gréco. Y hubo más: en el lugar se filmaron algunas escenas de “El Perseguidor”, una película que se basaba en un cuento que Julio Cortázar dedicó a Charlie Parker. La película la dirigió Osías Wilenski, el guión lo adaptó Ulises Petit de Murat y la música la puso el Gato Barbieri.


Los historiadores del rock afirman que el local no era de lo mejor: tendría cuatro o cinco metros de ancho por quince de largo, su acústica dejaba mucho que desear, igual que la ventilación y no había mesas ni sillas. Un mostrador largo cubría un lado y al otro había algunos almohadones y pocos sillones. El escenario, por llamarlo de alguna manera, estaba casi a la entrada, a poco de bajar los cinco o seis escalones que llevaban al recinto donde los concurrentes estaban parados.

Fue en 1965 cuando Alberto Ramón García (para el rock Pajarito Zaguri), junto con Javier Martínez (después “prócer” de Manal) hablaron con Roberto Sánchez (más conocido como Sandro) para alquilar ese local cuyo dueño se llamaba Roberto Rosado. El hombre designó a un señor llamado Bravo como administrador. Y allí empezó a funcionar “La Cueva de Sandro”. Se recuerda que el decorado era muy elemental. “El decorado éramos nosotros”, contó alguna vez Miguel Abuelo quien iba al lugar “a juntarse con amigos y a buscar novias”.

Después aquello fue el punto de encuentro donde aparecían Félix Francisco Nebbia Corbacho (Litto Nebbia); Mauricio Birabent (Moris) y José Alberto Iglesias (Tanguito, Ramsés VII o Donovan El Protestón). También se mezclaban Claudio Gabis, Alejandro Medina y los periodistas Pipo Lernoud (luego creador de la revista Expreso Imaginario) y Miguel Grinberg. De aquella movida iban a surgir grupos como Los Beatniks, Manal, The Seasons o Los Náufragos. Es que “naufragar” era el “deporte” predilecto de esa gente que también llegaba desde la vecina Plaza Francia, refugio de hippies de pelo largo.

La salida a la superficie comercial la marcó el gran éxito de “La Balsa”, el tema de Nebbia y Tanguito, que grabaron Los Gatos: vendió 200.000 discos en pocas semanas. Claro que ya no eran buenos tiempos para la libertad. Desde 1966, la dictadura militar que encabezaba Juan Carlos Onganía no permitía esas cosas. Y las razzias policiales tenían a La Cueva como punto. Por ejemplo Nebbia tuvo el record de 21 detenciones en un mes. Y Miguel Abuelo solía andar con la chapa de la puerta de su casa colgada del cuello. “Es que estoy podrido de que me pare la cana y me pregunte dónde vivo”, contaba.

La Cueva fue clausurada en 1967 y después ahí se instaló una casa de venta de artículos de electricidad. Luego el edificio se demolió y construyeron departamentos.

Con aquel cierre, los jóvenes buscaron refugio en un bar al que solían ir después de pasar la noche cantando. Caminaban 18 cuadras hasta la avenida Rivadavia y, tomando café con leche, mostraban sus frases o anotaciones que después originaron otras canciones. Ahí fue donde Nebbia y Tanguito habían empezado a componer “La Balsa”. El bar se llama “La Perla de Once” y, aunque remodelado, sigue estando en la esquina de Rivadavia y Jujuy. Pero esa es otra historia.

POR EDUARDO PARISE - REVISTA Ñ (20/1/2014)

Spinetta y su pasión por los coches


Enterarme que Luis Alberto Spinetta fue un amante de los autos y que además gozaba dibujarlos con devoción y detalle, significó una alegría rara, intensa. Jamás pensé que había un punto donde era posible maridar esos dos mundos, tan caro a los afectos más íntimos, pero a la vez –hasta ahí– insospechados: su música y el diseño de autos.
Después de visitar “Spinetta. Los libros de la buena memoria” hay una (otra) excusa más para volver a esas canciones que se potencian con el tiempo –… y la infinita y triste ausencia– y extrañar a un tipo que a fuerza de belleza, coherencia y poesía surcó los pliegues de varias generaciones. Pero qué bueno saber, también, que compartía con nosotros una pequeña pasión, casi oculta, que nos acerca desde otro lado.